Pasaje Bíblico Génesis 2:9-21 DHH94I

Capítulo Completo

Génesis 2:9-21

9 Hizo crecer también toda clase de árboles hermosos que daban fruto bueno para comer. En medio del jardí­n puso también el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal.

10 En Edén nací­a un rí­o que regaba el jardí­n, y que de allí­ se dividí­a en cuatro.

11 El primero se llamaba Pisón, que es el que da vuelta por toda la región de Havilá, donde hay oro.

12 El oro de esa región es fino, y también hay resina fina y piedra de ónice.

13 El segundo rí­o se llamaba Guihón, y es el que da vuelta por toda la región de Cus.

14 El tercero era el rí­o Tigris, que es el que pasa al oriente de Asiria. Y el cuarto era el rí­o Éufrates.

15 Cuando Dios el Señor puso al hombre en el jardí­n de Edén para que lo cultivara y lo cuidara,

16 le dio esta orden: "Puedes comer del fruto de todos los árboles del jardí­n,

17 menos del árbol del bien y del mal. No comas del fruto de ese árbol, porque si lo comes, ciertamente morirás."

18 Luego, Dios el Señor dijo: "No es bueno que el hombre esté solo. Le voy a hacer alguien que sea una ayuda adecuada para él."

19,20 Y Dios el Señor formó de la tierra todos los animales y todas las aves, y se los llevó al hombre para que les pusiera nombre. El hombre les puso nombre a todos los animales domésticos, a todas las aves y a todos los animales salvajes, y ese nombre se les quedó. Sin embargo, ninguno de ellos resultó ser la ayuda adecuada para él.

21 Entonces Dios el Señor hizo caer al hombre en un sueño profundo y, mientras dormí­a, le sacó una de las costillas y le cerró otra vez la carne.

Capítulo Completo

Génesis
(Gn. 2:9-21)

Su abreviatura es Gn. (Antiguo Testamento), pertenece al tipo de libros Pentateuco. Hace referencia a la creación del mundo y del nacimiento del pueblo Hebrero.

Capítulo 2 del libro Génesis (Gn.) - Biblia versión Dios habla hoy (DHH94I)

Versículo del día

Así­ pues, queridos hermanos, estas son las promesas quetenemos. Por eso debemos mantenernos limpios de todo lo que puedamancharnos, tanto en el cuerpo como en el espí­ritu; y en el temorde Dios procuremos alcanzar una completa santidad.

II Corintios 7:1 (DHH94I)