Marcos 8:1-38 RVR60

Marcos 8:1-38

Alimentación de los cuatro mil

1 En aquellos dí­as, como habí­a una gran multitud, y no tení­an qué comer, Jesús llamó a sus discí­pulos, y les dijo:

2 Tengo compasión de la gente, porque ya hace tres dí­as que están conmigo, y no tienen qué comer;

3 y si los enviare en ayunas a sus casas, se desmayarán en el camino, pues algunos de ellos han venido de lejos.

4 Sus discí­pulos le respondieron: ¿De dónde podrá alguien saciar de pan a éstos aquí­ en el desierto?

5 El les preguntó: ¿Cuántos panes tenéis? Ellos dijeron: Siete.

6 Entonces mandó a la multitud que se recostase en tierra; y tomando los siete panes, habiendo dado gracias, los partió, y dio a sus discí­pulos para que los pusiesen delante; y los pusieron delante de la multitud.

7 Tení­an también unos pocos pececillos; y los bendijo, y mandó que también los pusiesen delante.

8 Y comieron, y se saciaron; y recogieron de los pedazos que habí­an sobrado, siete canastas.

9 Eran los que comieron, como cuatro mil; y los despidió.

10 Y luego entrando en la barca con sus discí­pulos, vino a la región de Dalmanuta.

La demanda de una señal

11 Vinieron entonces los fariseos y comenzaron a discutir con él, pidiéndole señal del cielo, para tentarle.

12 Y gimiendo en su espí­ritu, dijo: ¿Por qué pide señal esta generación? De cierto os digo que no se dará señal a esta generación.

13 Y dejándolos, volvió a entrar en la barca, y se fue a la otra ribera.

La levadura de los fariseos

14 Habí­an olvidado de traer pan, y no tení­an sino un pan consigo en la barca.

15 Y él les mandó, diciendo: Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos, y de la levadura de Herodes.

16 Y discutí­an entre sí­, diciendo: Es porque no trajimos pan.

17 Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Qué discutí­s, porque no tenéis pan? ¿No entendéis ni comprendéis? ¿Aún tenéis endurecido vuestro corazón?

18 ¿Teniendo ojos no veis, y teniendo oí­dos no oí­s? ¿Y no recordáis?

19 Cuando partí­ los cinco panes entre cinco mil, ¿cuántas cestas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Doce.

20 Y cuando los siete panes entre cuatro mil, ¿cuántas canastas llenas de los pedazos recogisteis?Y ellos dijeron: Siete.

21 Y les dijo: ¿Cómo aún no entendéis?

Un ciego sanado en Betsaida

22 Vino luego a Betsaida; y le trajeron un ciego, y le rogaron que le tocase.

23 Entonces, tomando la mano del ciego, le sacó fuera de la aldea; y escupiendo en sus ojos, le puso las manos encima, y le preguntó si veí­a algo.

24 El, mirando, dijo: Veo los hombres como árboles, pero los veo que andan.

25 Luego le puso otra vez las manos sobre los ojos, y le hizo que mirase; y fue restablecido, y vio de lejos y claramente a todos.

26 Y lo envió a su casa, diciendo: No entres en la aldea, ni lo digas a nadie en la aldea.

La confesión de Pedro

27 Salieron Jesús y sus discí­pulos por las aldeas de Cesarea de Filipo. Y en el camino preguntó a sus discí­pulos, diciéndoles: ¿Quién dicen los hombres que soy yo?

28 Ellos respondieron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elí­as; y otros, alguno de los profetas.

29 Entonces él les dijo: Y vosotros, ¿quién decí­s que soy? Respondiendo Pedro, le dijo: Tú eres el Cristo.

30 Pero él les mandó que no dijesen esto de él a ninguno.

Jesús anuncia su muerte

31 Y comenzó a enseñarles que le era necesario al Hijo del Hombre padecer mucho, y ser desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres dí­as.

32 Esto les decí­a claramente. Entonces Pedro le tomó aparte y comenzó a reconvenirle.

33 Pero él, volviéndose y mirando a los discí­pulos, reprendió a Pedro, diciendo: ¡Quí­tate de delante de mí­, Satanás! porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.

34 Y llamando a la gente y a sus discí­pulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí­, niéguese a sí­ mismo, y tome su cruz, y sí­game.

35 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí­ y del evangelio, la salvará.

36 Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?

37 ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?

38 Porque el que se avergonzare de mí­ y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.

Marcos
(Mr. 8:1-38)

Su abreviatura es Mr. (Nuevo Testamento), pertenece al tipo de libros Libros biográficos, evangelios. Hace referencia a la concepción, nacimiento, vida pública, enseñanzas, crucifixión, resurrección y legado de Jesús de Nazaret.

Capítulo 8 del libro Marcos (Mr.) - Biblia versión Reina Valera 1960 (RVR60)

Versículo del día

Sean buenos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.

Efesios 4:32 (DHH94I)