Salmos 104:1-33 TLA
Salmos 104:1-33
Dios cuida de su creación
1-3 ¡Alabemos a nuestro Dios, con todas nuestras fuerzas! Dios mío, tú eres un Dios grandioso, cubierto de esplendor y majestad, y envuelto en un manto de luz. Extendiste los cielos como una cortina y sobre las aguas del cielo pusiste tu habitación. Las nubes son tus carros de combate; ¡viajas sobre las alas del viento!
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4 Los vientos son tus mensajeros; los relámpagos están a tu servicio.
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5 Afirmaste la tierra sobre sus bases, y de allí jamás se moverá.
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6 Cubriste la tierra con el agua del mar; ¡cubriste por completo la cumbre de los cerros!
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7 Pero lo reprendiste, y el mar se retiró; al oír tu voz de trueno, el mar se dio a la fuga.
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8 Las aguas subieron a los cerros, y bajaron a los valles, hasta llegar al lugar que les habías señalado.
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9 Tú les pusiste límites que jamás deben rebasar, para que nunca más vuelvan a inundar la tierra.
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10 Dios mío, tú dejas que los arroyos corran entre los cerros, y que llenen los ríos;
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11 en sus aguas apagan su sed las bestias del campo y los burros salvajes;
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12 en las ramas cercanas las aves del cielo ponen su nido y dejan oír su canto.
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13 Dios mío, tú, con tu lluvia, riegas desde el cielo las montañas; tu bondad satisface a la tierra.
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14 Tú haces crecer la hierba para que coma el ganado; también haces crecer las plantas para el bien de toda la gente:
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15 el pan, que da fuerzas, el vino, que da alegría, y el perfume, que da belleza.
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16 Los cedros del Líbano, árboles que tú mismo plantaste, tienen agua en abundancia.
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17 En ellos anidan las aves; en sus ramas habitan las cigüeñas.
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18 En las montañas más altas viven las cabras monteses, y entre las rocas se refugian los conejos.
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19 Tú hiciste la luna para medir los meses, y le enseñaste al sol a qué hora debe ocultarse.
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20 En cuanto el sol se pone, llega la oscuridad. Es la hora en que rondan todos los animales del bosque.
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21 A esa hora rugen los leones, y te reclaman su comida.
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22 Pero en cuanto sale el sol corren de nuevo a sus cuevas, y allí se quedan dormidos.
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23 Entonces nos levantamos para hacer nuestro trabajo, hasta que llega la noche.
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24 Dios nuestro, tú has hecho muchas cosas, y todas las hiciste con sabiduría. ¡La tierra entera está llena con todo lo que hiciste!
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25 Allí está el ancho mar, con sus grandes olas; en él hay muchos animales, grandes y pequeños; ¡es imposible contarlos!
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26 Allí navegan los barcos y vive el monstruo del mar, con el que te diviertes.
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27 Todos estos animales dependen de ti, y esperan que llegue la hora en que tú los alimentes.
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28 Tú les das, y ellos reciben; abres la mano, y comen de lo mejor.
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29 Si les das la espalda, se llenan de miedo; si les quitas el aliento, mueren y se vuelven polvo;
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30 pero envías tu espíritu y todo en la tierra cobra nueva vida.
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31 Dios nuestro, ¡que tu poder dure para siempre! ¡que todo lo que creaste sea para ti fuente de alegría!
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32 Cuando miras la tierra, ella se pone a temblar; cuando tocas los cerros, ellos echan humo.
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33-35 Que los pecadores desaparezcan de la tierra, y que los malvados dejen de existir. Dios nuestro, ¡mientras tengamos vida te alabaremos y te cantaremos himnos! Recibe con agrado nuestros pensamientos; ¡tú eres nuestra mayor alegría! ¡Alabemos a nuestro Dios, con todas nuestras fuerzas! ¡Sí, alabemos a nuestro Dios!
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Salmos(Sal. 104:1-33)Su abreviatura es Sal. (Antiguo Testamento), pertenece al tipo de libros Libros poéticos. Hace referencia al amor a Dios, el consuelo a la desesperación e instrucciones al buen comportamiento moral.
Capítulo 104 del libro Salmos (Sal.) - Biblia versión Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Versículo del día
Sed más bien amables unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, así como también Dios os perdonó en Cristo.
Efesios 4:32 (LBLA)Otras versionesir al Inicio ›Antiguo Testamento
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