Lucas 23:1-56 DHH94I

Lucas 23:1-56

Jesús ante Pilato

1 Todos se levantaron, y llevaron a Jesús ante Pilato.

2 En su presencia comenzaron a acusarlo, diciendo: --Hemos encontrado a este hombre alborotando a nuestra nación.Dice que no debemos pagar impuestos al emperador, y ademásafirma que él es el Mesí­as, el Rey.

3 Pilato le preguntó: --¿Eres tú el Rey de los judí­os? --Tú lo has dicho --contestó Jesús.

4 Entonces Pilato dijo a los jefes de los sacerdotes y a lagente: --No encuentro en este hombre razón para condenarlo.

5 Pero ellos insistieron con más fuerza: --Con sus enseñanzas está alborotando a todo el pueblo.Comenzó en Galilea, y ahora sigue haciéndolo aquí­, en Judea.

Jesús ante Herodes

6 Al oir esto, Pilato preguntó si el hombre era de Galilea.

7 Y al saber que Jesús era de la jurisdicción de Herodes, se loenvió, pues él también se encontraba aquellos dí­as enJerusalén.

8 Al ver a Jesús, Herodes se puso muy contento, porque durantemucho tiempo habí­a querido verlo, pues habí­a oí­do hablar de él yesperaba verlo hacer algún milagro.

9 Le hizo muchas preguntas, pero Jesús no le contestó nada.

10 También estaban allí­ los jefes de los sacerdotes y losmaestros de la ley, que lo acusaban con gran insistencia.

11 Entonces Herodes y sus soldados lo trataron con desprecio, ypara burlarse de él lo vistieron con ropas lujosas, como de rey.Luego Herodes lo envió nuevamente a Pilato.

12 Aquel dí­a se hicieron amigos Pilato y Herodes, que antes eranenemigos.

Jesús sentenciado a muerte

13 Pilato reunió a los jefes de los sacerdotes, a lasautoridades y al pueblo,

14 y les dijo: --Ustedes me trajeron a este hombre, diciendo que alborota alpueblo; pero yo lo he interrogado delante de ustedes y no lo heencontrado culpable de ninguna de las faltas de que lo acusan.

15 Ni tampoco Herodes, puesto que nos lo ha devuelto. Ya ven, noha hecho nada que merezca la pena de muerte.

16,17 Lo voy a castigar y después lo dejaré libre.

18 Pero todos juntos comenzaron a gritar: --¡Fuera con ese! ¡Déjanos libre a Barrabás!

19 A este Barrabás lo habí­an metido en la cárcel por unarebelión ocurrida en la ciudad, y por un asesinato.

20 Pilato, que querí­a dejar libre a Jesús, les habló otra vez;

21 pero ellos gritaron más alto: --¡Crucifí­calo! ¡Crucifí­calo!

22 Por tercera vez Pilato les dijo: --Pues ¿qué mal ha hecho? Yo no encuentro en él nada quemerezca la pena de muerte. Lo voy a castigar y después lo dejarélibre.

23 Pero ellos insistí­an a gritos, pidiendo que lo crucificara; ytanto gritaron que consiguieron lo que querí­an.

24 Pilato decidió hacer lo que le estaban pidiendo;

25 así­ que dejó libre al hombre que habí­an escogido, el queestaba en la cárcel por rebelión y asesinato, y entregó a Jesúsa la voluntad de ellos.

Crucifixión y muerte de Jesús

26 Cuando llevaron a Jesús a crucificarlo, echaron mano de unhombre de Cirene llamado Simón, que vení­a del campo, y lo hicieroncargar con la cruz y llevarla detrás de Jesús.

27 Mucha gente y muchas mujeres que lloraban y gritaban detristeza por él, lo seguí­an.

28 Pero Jesús las miró y les dijo: --Mujeres de Jerusalén, no lloren por mí­, sino por ustedesmismas y por sus hijos.

29 Porque vendrán dí­as en que se dirá: 'Dichosas las que nopueden tener hijos, las mujeres que no dieron a luz ni tuvieronhijos que criar.'

30 Entonces comenzará la gente a decir a los montes: '¡Caigansobre nosotros!', y a las colinas: '¡Escóndannos!'

31 Porque si con el árbol verde hacen todo esto, ¿qué noharán con el seco?

32 También llevaban a dos criminales, para crucificarlos juntocon Jesús.

33 Cuando llegaron al sitio llamado La Calavera, crucificarona Jesús y a los dos criminales, uno a su derecha y otro a suizquierda.v [

34 Jesús dijo: "Padre, perdónalos, porque no saben lo quehacen."] Y los soldados echaron suertes para repartirse entre sí­ la ropade Jesús.

35 La gente estaba allí­ mirando; y hasta las autoridades seburlaban de él, diciendo: --Salvó a otros; que se salve a sí­ mismo ahora, si de veras esel Mesí­as de Dios y su escogido.

36 Los soldados también se burlaban de Jesús. Se acercaban y ledaban a beber vino agrio,

37 diciéndole: --¡Si tú eres el Rey de los judí­os, sálvate a ti mismo!

38 Y habí­a un letrero sobre su cabeza, que decí­a: "Este es elRey de los judí­os."

39 Uno de los criminales que estaban colgados, lo insultaba: --¡Si tú eres el Mesí­as, sálvate a ti mismo y sálvanostambién a nosotros!

40 Pero el otro reprendió a su compañero, diciéndole: --¿No tienes temor de Dios, tú que estás bajo el mismocastigo?

41 Nosotros estamos sufriendo con toda razón, porque estamospagando el justo castigo de lo que hemos hecho; pero este hombre nohizo nada malo.

42 Luego añadió: --Jesús, acuérdate de mí­ cuando comiences a reinar.

43 Jesús le contestó: --Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraí­so.

44 Desde el mediodí­a y hasta las tres de la tarde, toda latierra quedó en oscuridad.

45 El sol dejó de brillar, y el velo del templo se rasgópor la mitad.

46 Jesús gritó con fuerza y dijo: --¡Padre, en tus manos encomiendo mi espí­ritu! Y al decir esto, murió.

47 Cuando el capitán romano vio lo que habí­a pasado, alabó aDios, diciendo: --De veras, este hombre era inocente.

48 Toda la multitud que estaba presente y que vio lo que habí­apasado, se fue de allí­ golpeándose el pecho.

49 Todos los conocidos de Jesús se mantení­an a distancia; también las mujeres que lo habí­an seguido desde Galilea estaban allí­ mirando.

Jesús es sepultado

50,51 Habí­a un hombre bueno y justo llamado José, natural deArimatea, un pueblo de Judea. Pertenecí­a a la Junta Suprema de losjudí­os. Este José, que esperaba el reino de Dios y que no estuvode acuerdo con lo que la Junta habí­a hecho,

52 fue a ver a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús.

53 Después de bajarlo de la cruz, lo envolvió en una sábana delino y lo puso en un sepulcro excavado en una peña, donde todaví­ano habí­an sepultado a nadie.

54 Era el dí­a de la preparación para el sábado, que yaestaba a punto de comenzar.

55 Las mujeres que habí­an acompañado a Jesús desde Galilea,fueron y vieron el sepulcro, y se fijaron en cómo habí­an puesto elcuerpo.

56 Cuando volvieron a casa, prepararon perfumes yunguentos. Las mujeres descansaron el sábado, conforme al mandamiento,

Lucas
(Lc. 23:1-56)

Su abreviatura es Lc. (Nuevo Testamento), pertenece al tipo de libros Libros biográficos, evangelios. Hace referencia a la concepción, nacimiento, vida pública, enseñanzas, crucifixión, resurrección y legado de Jesús de Nazaret.

Capítulo 23 del libro Lucas (Lc.) - Biblia versión Dios habla hoy (DHH94I)

Versículo del día

Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.

Efesios 4:32 (RVR60)