Lucas 7:1-50 DHH94I

Lucas 7:1-50

Jesús sana al siervo de un centurión

1 Cuando Jesús terminó de hablar a la gente, se fue aCafarnaúm.

2 Viví­a allí­ un capitán romano que tení­a un criado al queestimaba mucho, el cual estaba enfermo y a punto de morir.

3 Cuando el capitán oyó hablar de Jesús, mandó a unosancianos de los judí­os a rogarle que fuera a sanar a su criado.

4 Ellos se presentaron a Jesús y le rogaron mucho, diciendo: --Este capitán merece que lo ayudes,

5 porque ama a nuestra nación y él mismo hizo construir nuestrasinagoga.

6 Jesús fue con ellos, pero cuando ya estaban cerca de la casa,el capitán mandó unos amigos a decirle: "Señor, no te molestes,porque yo no merezco que entres en mi casa;

7 por eso, ni siquiera me atreví­ a ir en persona a buscarte.Solamente da la orden, para que sane mi criado.

8 Porque yo mismo estoy bajo órdenes superiores, y a la veztengo soldados bajo mi mando. Cuando le digo a uno de ellos quevaya, va; cuando le digo a otro que venga, viene; y cuando mando ami criado que haga algo, lo hace."

9 Jesús se quedó admirado al oir esto, y mirando a la gente quelo seguí­a dijo: --Les aseguro que ni siquiera en Israel he encontrado tanta fecomo en este hombre.

10 Al regresar a la casa, los enviados encontraron que el criadoya estaba sano.

Jesús resucita al hijo de la viuda de Naín

11 Después de esto, Jesús se dirigió a un pueblo llamadoNaí­n. Iba acompañado de sus discí­pulos y de mucha gente.

12 Al llegar cerca del pueblo, vio que llevaban a enterrar a unmuerto, hijo único de su madre, que era viuda. Mucha gente delpueblo la acompañaba.

13 Al verla, el Señor tuvo compasión de ella y le dijo: --No llores.

14 En seguida se acercó y tocó la camilla, y los que lallevaban se detuvieron. Jesús le dijo al muerto: --Joven, a ti te digo: ¡Levántate!

15 Entonces el que habí­a estado muerto se sentó y comenzó ahablar, y Jesús se lo entregó a la madre.

16 Al ver esto, todos tuvieron miedo y comenzaron a alabar aDios, diciendo: --Un gran profeta ha aparecido entre nosotros. También decí­an: --Dios ha venido a ayudar a su pueblo.

17 Y por toda Judea y sus alrededores se supo lo que habí­a hechoJesús.

Los mensajeros de Juan el Bautista

18 Juan tuvo noticias de todas estas cosas, pues sus seguidoresse las contaron. Llamó a dos de ellos

19 y los envió al Señor, a preguntarle si él era de veras elque habí­a de venir o si debí­an esperar a otro.

20 Los enviados de Juan se acercaron, pues, a Jesús y ledijeron: --Juan el Bautista nos ha mandado a preguntarte si tú eres elque ha de venir, o si debemos esperar a otro.

21 En aquel mismo momento Jesús curó a muchas personas de susenfermedades y sufrimientos, y de los espí­ritus malignos, y dio lavista a muchos ciegos.

22 Luego les contestó: --Vayan y dí­ganle a Juan lo que han visto y oí­do. Cuéntenleque los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios desu enfermedad, los sordos oyen, los muertos vuelven a la vida ya los pobres se les anuncia la buena noticia.

23 ¡Y dichoso aquel que no pierda su fe en mí­!

24 Cuando los enviados de Juan se fueron, Jesús comenzó ahablar a la gente acerca de Juan, diciendo: "¿Qué salieronustedes a ver al desierto? ¿Una caña sacudida por el viento?

25 Y si no, ¿qué salieron a ver? ¿Un hombre vestido con ropaslujosas? Ustedes saben que los que se visten lujosamente y viven enplaceres, están en las casas de los reyes.

26 En fin, ¿qué salieron a ver? ¿Un profeta? Sí­, de veras, yuno que es mucho más que profeta.

27 Juan es aquel de quien dice la Escritura: 'Yo enví­o mi mensajero delante de ti, para que te prepare el camino.'

28 Les digo que, entre todos los hombres, ninguno ha sido másgrande que Juan; y, sin embargo, el más pequeño en el reino deDios es más grande que él."

29 Todos los que oyeron a Juan, incluso los que cobrabanimpuestos para Roma, se hicieron bautizar por él, cumpliendo así­las justas exigencias de Dios;

30 pero los fariseos y los maestros de la ley no se hicieronbautizar por Juan, despreciando de este modo lo que Dios habí­aquerido hacer en favor de ellos.

31 "¿A qué compararé la gente de este tiempo? ¿A qué separece?

32 Se parece a los niños que se sientan a jugar en la plaza ygritan a sus compañeros: 'Tocamos la flauta, pero ustedes nobailaron; cantamos canciones tristes, pero ustedes no lloraron.'

33 Porque vino Juan el Bautista, que ni come pan ni bebe vino, yustedes dicen que tiene un demonio.

34 Luego ha venido el Hijo del hombre, que come y bebe, y ustedesdicen que es glotón y bebedor, amigo de gente de mala fama y de losque cobran impuestos para Roma.

35 Pero la sabidurí­a de Dios se demuestra por todos susresultados."

Jesús en el hogar de Simón el fariseo

36 Un fariseo invitó a Jesús a comer, y Jesús fue a su casa.Estaba sentado a la mesa,

37 cuando una mujer de mala vida, que viví­a en el mismo pueblo y que supo que Jesús habí­a ido a comer a casa del fariseo, llegócon un frasco de alabastro lleno de perfume.

38 Llorando, se puso junto a los pies de Jesús y comenzó abañarlos con lágrimas. Luego los secó con sus cabellos, los besóy derramó sobre ellos el perfume.

39 El fariseo que habí­a invitado a Jesús, al ver esto, pensó:"Si este hombre fuera de veras un profeta, se darí­a cuenta de quéclase de persona es esta que lo está tocando: una mujer de malavida."

40 Entonces Jesús le dijo al fariseo: --Simón, tengo algo que decirte. El fariseo contestó: --Dí­melo, Maestro.

41 Jesús siguió: --Dos hombres le debí­an dinero a un prestamista. Uno le debí­aquinientos denarios, y el otro cincuenta;

42 y como no le podí­an pagar, el prestamista les perdonó ladeuda a los dos. Ahora dime, ¿cuál de ellos le amará más?

43 Simón le contestó: --Me parece que el hombre a quien más le perdonó. Jesús le dijo: --Tienes razón.

44 Entonces, mirando a la mujer, Jesús dijo a Simón: --¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua paramis pies; en cambio, esta mujer me ha bañado los pies con suslágrimas y los ha secado con sus cabellos.

45 No me saludaste con un beso, pero ella, desde que entré, noha dejado de besarme los pies.

46 No me pusiste unguento en la cabeza, pero ella ha derramadoperfume sobre mis pies.

47 Por esto te digo que sus muchos pecados son perdonados, porqueamó mucho; pero la persona a quien poco se le perdona, poco amormuestra.

48 Luego dijo a la mujer: --Tus pecados te son perdonados.

49 Los otros invitados que estaban allí­, comenzaron apreguntarse: --¿Quién es este, que hasta perdona pecados?

50 Pero Jesús añadió, dirigiéndose a la mujer: --Por tu fe has sido salvada; vete tranquila.

Lucas
(Lc. 7:1-50)

Su abreviatura es Lc. (Nuevo Testamento), pertenece al tipo de libros Libros biográficos, evangelios. Hace referencia a la concepción, nacimiento, vida pública, enseñanzas, crucifixión, resurrección y legado de Jesús de Nazaret.

Capítulo 7 del libro Lucas (Lc.) - Biblia versión Dios habla hoy (DHH94I)

Versículo del día

Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.

Efesios 4:32 (RVR60)