Se han encontrado 408 versículos que contiene el término Jesús
Tan pronto como amaneció, los jefes de los sacerdotes, con los ancianos, los maestros de la ley y el Consejo en pleno, llegaron a una decisión. Ataron a Jesús, se lo llevaron y se lo entregaron a Pilato.
Entonces Jesús, lanzando un fuerte grito, expiró.
Y el centurión, que estaba frente a Jesús, al oír el grito y* ver cómo murió, dijo: --¡Verdaderamente este hombre era el Hijo* de Dios!
José de Arimatea, miembro distinguido del Consejo, y que también esperaba el reino de Dios, se atrevió a presentarse ante Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús.
Cuando pasó el sábado, María Magdalena, María la madre de Jacobo, y Salomé compraron especias aromáticas para ir a ungir el cuerpo de Jesús.
Quedarás encinta y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús.
Cuando se cumplieron los ocho días y fueron a circuncidarlo, lo llamaron Jesús, nombre que el ángel le había puesto antes que fuera concebido.
Jesús siguió creciendo en sabiduría y estatura, y cada vez más gozaba del favor de Dios y de toda la gente.
Jesús tenía unos treinta años cuando comenzó su ministerio. Era hijo, según se creía, de José, hijo de Elí,
Jesús le respondió: --Escrito está: 'No sólo de pan vive el hombre.'*
--También está escrito: 'No pongas a prueba al Señor tu Dios.'* --le replicó Jesús.
Jesús regresó a Galilea en el poder del Espíritu, y se extendió su fama por toda aquella región.
Jesús continuó: "Seguramente ustedes me van a citar el proverbio: '¡Médico, cúrate a ti mismo! Haz aquí en tu tierra lo que hemos oído que hiciste en Capernaúm.'
Jesús pasó a Capernaúm, un pueblo de Galilea, y el día sábado enseñaba a la gente.
Así que llevaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, siguieron a Jesús.
En otra ocasión, cuando Jesús estaba en un pueblo, se presentó un hombre cubierto de lepra. Al ver a Jesús, cayó rostro en tierra y le suplicó: --Señor, si quieres, puedes limpiarme.
Jesús extendió la mano y tocó al hombre. --Sí quiero --le dijo--. ¡Queda limpio! Y al instante se le quitó la lepra.
Entonces llegaron unos hombres que llevaban en una camilla a un paralítico. Procuraron entrar para ponerlo delante de Jesús,
pero no pudieron a causa de la multitud. Así que subieron a la azotea y, separando las tejas, lo bajaron en la camilla hasta ponerlo en medio de la gente, frente a Jesús.
Después de esto salió Jesús y se fijó en un recaudador de impuestos llamado Leví, sentado a la mesa donde cobraba. --Sígueme --le dijo Jesús.
Jesús les contestó: --¿Nunca han leído lo que hizo David en aquella ocasión en que él y sus compañeros tuvieron hambre?
así que los maestros de la ley y los fariseos, buscando un motivo para acusar a Jesús, no le quitaban la vista de encima para ver si sanaría en sábado.
Pero Jesús, que sabía lo que estaban pensando, le dijo al hombre de la mano paralizada: --Levántate y ponte frente a todos. Así que el hombre se puso de pie. Entonces Jesús dijo a los otros:
Jesús se quedó mirando a todos los que lo rodeaban, y le dijo al hombre: --Extiende la mano. Así lo hizo, y la mano le quedó restablecida.
Pero ellos se enfurecieron y comenzaron a discutir qué podrían hacer contra Jesús.
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Versículo del día
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tenéis tribulación; pero confiad, yo he vencido al mundo.
Juan 16:33 (LBLA)