I Samuel 14:1-52 RVR95

I Samuel 14:1-52

1 Aconteció un dí­a, que Jonatán hijo de Saúl, dijo al criado que le traí­a las armas: "Ven y pasemos a la guarnición de los filisteos, que está de aquel lado". Pero no lo hizo saber a su padre.

2 Saúl se hallaba al extremo de Gabaa, debajo de un granado que hay en Migrón, y las gentes que estaban con él eran como seiscientos hombres.

3 Ahí­as hijo de Ahitob, hermano de Icabod hijo de Finees hijo de Elí­, sacerdote de Jehová en Silo, llevaba el efod. El pueblo no sabí­a que Jonatán se habí­a ido.

4 Entre los desfiladeros por donde Jonatán procuraba pasar a la guarnición de los filisteos, habí­a un peñasco agudo de un lado, y otro del otro lado; uno se llamaba Boses y el otro Sene.

5 El primer peñasco estaba situado al norte, hacia Micmas, y el segundo al sur, hacia Gabaa.

6 Dijo, pues, Jonatán a su paje de armas: --Ven, pasemos a la guarnición de estos incircuncisos; quizá haga algo Jehová por nosotros, pues no es difí­cil para Jehová dar la victoria, sea con muchos o con pocos.

7 Su paje de armas le respondió: --Haz todo lo que tu corazón te dicte; ve, pues aquí­ estoy a tu disposición.

8 Dijo entonces Jonatán: --Vamos a pasar hacia esos hombres para que ellos nos vean.

9 Si nos dicen: "Esperad hasta que lleguemos a vosotros", entonces nos quedaremos en nuestro lugar, y no subiremos adonde están ellos.

10 Pero si nos dicen: "Subid hacia nosotros", entonces subiremos, porque Jehová los ha entregado en nuestras manos; esto nos servirá de señal.

11 Los dos se dejaron ver por la guarnición de los filisteos, y estos dijeron: "Mirad los hebreos que salen de las cavernas donde se habí­an escondido".

12 Y los hombres de la guarnición, dirigiéndose a Jonatán y a su paje de armas, les dijeron: "Subid a nosotros, y os haremos saber una cosa". Entonces Jonatán dijo a su paje de armas: "Sube detrás de mí­, porque Jehová los ha entregado en manos de Israel".

13 Subió Jonatán trepando con sus manos y sus pies, seguido de su paje de armas. A los que caí­an delante de Jonatán, su paje de armas, que iba detrás de él, los remataba.

14 En esta primera matanza que hicieron Jonatán y su paje de armas cayeron como veinte hombres, y todo en el espacio de una media yugada de tierra.

15 Cundió el pánico en el campamento y por el campo, y entre toda la gente de la guarnición; a los que habí­an salido en la avanzada también los asaltó el pánico, y la tierra tembló; hubo, pues, gran consternación.

16 Los centinelas de Saúl vieron desde Gabaa de Benjamí­n cómo la multitud estaba turbada, iba de un lado a otro y se dispersaba.

17 Entonces Saúl dijo al pueblo que estaba con él: "Pasad ahora revista y ved quién se haya ido de los nuestros". Pasaron revista, y vieron que faltaban Jonatán y su paje de armas.

18 Entonces Saúl dijo a Ahí­as: "Trae el Arca de Dios". Porque el Arca de Dios estaba entonces con los hijos de Israel.

19 Pero aconteció que mientras aún hablaba Saúl con el sacerdote, el alboroto que habí­a en el campamento de los filisteos aumentaba, e iba creciendo cada vez más. Entonces dijo Saúl al sacerdote: "Detén tu mano".

20 Luego Saúl reunió a todo el pueblo que con él estaba y llegaron hasta el lugar de la batalla. Allí­ vieron que cada uno habí­a desenvainado su espada contra su compañero y que habí­a gran confusión.

21 Los hebreos que desde tiempo antes habí­an estado con los filisteos, y que desde los alrededores habí­an subido con ellos al campamento, se pusieron también del lado de los israelitas que estaban con Saúl y con Jonatán.

22 Asimismo todos los israelitas que se habí­an escondido en los montes de Efraí­n, al oir que los filisteos huí­an, también los persiguieron en aquella batalla,

23 que se extendió hasta Bet-Avén. Así­ salvó Jehová aquel dí­a a Israel.

24 Pero los hombres de Israel fueron puestos en apuro aquel dí­a, porque Saúl habí­a hecho jurar al pueblo, diciendo: "Cualquiera que coma pan antes de caer la noche, antes que me haya vengado de mis enemigos, sea maldito". Y nadie habí­a probado bocado.

25 Todo el pueblo llegó a un bosque, donde habí­a miel en la superficie del campo.

26 Entró, pues, el pueblo en el bosque, y vieron que allí­ corrí­a la miel; pero no hubo quien la probara, porque el pueblo temí­a al juramento.

27 Jonatán, que no habí­a oí­do cuando su padre habí­a hecho jurar al pueblo, alargó la punta de una vara que traí­a en su mano, la mojó en un panal de miel y se llevó la mano a la boca. Entonces se le aclararon los ojos.

28 Uno del pueblo le habló, diciendo: --Tu padre ha hecho jurar solemnemente al pueblo: "Maldito sea el hombre que tome hoy alimento". Y el pueblo desfallecí­a.

29 Respondió Jonatán: --Mi padre ha turbado al paí­s. Ved ahora cómo han sido aclarados mis ojos por haber probado un poco de esta miel.

30 ¿Cuánto más si el pueblo hubiera comido libremente hoy del botí­n tomado a sus enemigos? ¿No hubiera sido mayor el estrago entre los filisteos?

31 Aquel dí­a derrotaron a los filisteos desde Micmas hasta Ajalón, pero el pueblo estaba muy cansado.

32 Así­ que el pueblo se lanzó sobre el botí­n, tomaron ovejas y vacas y becerros, y los degollaron en el suelo; y el pueblo los comió con la sangre.

33 Entonces le avisaron a Saúl: --El pueblo está pecando contra Jehová, porque come carne con sangre. Él dijo: --¡Vosotros habéis sido infieles! Rodadme ahora acá una piedra grande.

34 Esparcí­os por el pueblo --añadió--, y decidles que me traiga cada uno su vaca y cada cual su oveja; degolladlas aquí­ y comed, sin pecar contra Jehová por comer la carne con la sangre. Aquella noche cada uno llevó su propio buey y lo sacrificaron allí­.

35 Edificó Saúl un altar a Jehová, y ese fue el primero que edificó a Jehová.

36 Dijo Saúl: --Descendamos esta noche contra los filisteos y los saquearemos hasta la mañana; no dejaremos de ellos ninguno. Ellos dijeron: --Haz lo que bien te parezca. Dijo luego el sacerdote: --Acerquémonos aquí­ a Dios.

37 Y Saúl consultó a Dios: "¿Debo descender tras los filisteos? ¿Los entregarás en manos de Israel?" Pero Jehová no le dio respuesta aquel dí­a.

38 Entonces dijo Saúl: --Venid acá todos los principales del pueblo, averiguad y ved en qué ha consistido este pecado de hoy.

39 ¡Vive Jehová!, que ha salvado a Israel, que aunque se trate de mi hijo Jonatán, de seguro morirá. Y no hubo en todo el pueblo quien le respondiera.

40 Dijo luego a todo Israel: --Vosotros estaréis a un lado, y yo y Jonatán, mi hijo, estaremos al otro lado. --Haz lo que bien te parezca --respondió el pueblo a Saúl.

41 Entonces dijo Saúl a Jehová, Dios de Israel: --Da a conocer la verdad. La suerte cayó sobre Jonatán y Saúl, y el pueblo quedó libre.

42 Saúl dijo: --Echad suertes entre mí­ y mi hijo Jonatán. Y la suerte cayó sobre Jonatán.

43 Entonces Saúl dijo a Jonatán: --Cuéntame lo que has hecho. Jonatán respondió: --Ciertamente gusté un poco de miel con la punta de la vara que traí­a en mi mano; ¿y he de morir?

44 Saúl le dijo: --Traiga Dios sobre mí­ el peor de los castigos, si no te hago morir, Jonatán.

45 Pero el pueblo dijo a Saúl: --¿Ha de morir Jonatán, el que ha logrado esta gran victoria en Israel? ¡No será así­! ¡Vive Jehová! que no caerá en tierra ni un cabello de su cabeza, pues lo hizo con ayuda de Dios. Así­ el pueblo libró de morir a Jonatán.

46 Saúl dejó de perseguir a los filisteos, y los filisteos se fueron a su tierra.

47 Después de haber tomado posesión del reino de Israel, Saúl hizo guerra a todos sus enemigos en derredor: contra Moab, contra los hijos de Amón, contra Edom, contra los reyes de Soba y contra los filisteos; dondequiera que iba, salí­a vencedor.

48 Reunió un ejército, derrotó a Amalec y libró a Israel de manos de los que lo saqueaban.

49 Los hijos de Saúl fueron Jonatán, Isúi y Malquisúa. Los nombres de sus dos hijas eran, el de la mayor, Merab, y el de la menor, Mical.

50 El nombre de la mujer de Saúl era Ahinoam, hija de Ahimaas. El nombre del general de su ejército era Abner hijo de Ner, tí­o de Saúl.

51 Porque Cis, padre de Saúl, y Ner, padre de Abner, fueron hijos de Abiel.

52 Todo el tiempo de Saúl hubo guerra encarnizada contra los filisteos; y a todo el que Saúl veí­a que era hombre esforzado y apto para combatir, lo reclutaba para sí­.

I Samuel
(1 S. 14:1-52)

Su abreviatura es 1 S. (Antiguo Testamento), pertenece al tipo de libros Libros históricos. Hace referencia a acontecimientos importantes.

Capítulo 14 del libro I Samuel (1 S.) - Biblia versión Reina Valera 1995 (RVR95)

Versículo del día

No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea común a los hombres; y fiel es Dios, que no permitirá que vosotros seáis tentados más allá de lo que podéis soportar, sino que con la tentación proveerá también la ví­a de escape, a fin de que podáis resistirla.

I Corintios 10:13 (LBLA)