I Samuel 17:1-58 RVR95

I Samuel 17:1-58

David mata a Goliat

1 Los filisteos reunieron sus ejércitos para la guerra, se congregaron en Soco, que es de Judá, y acamparon entre Soco y Azeca, en Efes-damim.

2 También Saúl y los hombres de Israel se reunieron, acamparon en el valle de Ela, y se pusieron en orden de batalla contra los filisteos.

3 Los filisteos estaban sobre un monte a un lado, e Israel estaba sobre otro monte al otro lado, quedando el valle entre ellos.

4 Salió entonces del campamento de los filisteos un paladí­n llamado Goliat, oriundo de Gat, que medí­a seis codos y un palmo de altura.

5 Llevaba un casco de bronce en su cabeza y vestí­a una coraza de malla; la coraza pesaba cinco mil siclos de bronce.

6 En sus piernas tení­a canilleras de bronce y una jabalina de bronce a la espalda.

7 El asta de su lanza era como un rodillo de telar y la punta de su lanza pesaba seiscientos siclos de hierro. Delante de él iba su escudero.

8 Goliat se paró y dio voces a los escuadrones de Israel, diciéndoles: --¿Para qué os habéis puesto en orden de batalla? ¿No soy yo el filisteo y vosotros los siervos de Saúl? Escoged de entre vosotros un hombre que venga contra mí­.

9 Si él puede pelear conmigo y me vence, nosotros seremos vuestros siervos; y si yo puedo más que él y lo venzo, vosotros seréis nuestros siervos y nos serviréis.

10 Hoy yo he desafiado --añadió el filisteo-- al campamento de Israel; dadme un hombre que pelee conmigo.

11 Al escuchar Saúl y todo Israel estas palabras del filisteo, se turbaron y tuvieron mucho miedo.

12 David era hijo de aquel hombre efrateo, oriundo de Belén de Judá, llamado Isaí­, el cual tení­a ocho hijos. En tiempos de Saúl este hombre era ya viejo, de edad muy avanzada,

13 y los tres hijos mayores de Isaí­ se habí­an ido a la guerra para seguir a Saúl. Los nombres de sus tres hijos que se habí­an ido a la guerra eran: Eliab, el primogénito, el segundo, Abinadab, y el tercero, Sama.

14 David era el menor. Siguieron, pues, los tres mayores a Saúl,

15 pero David habí­a ido y vuelto, dejando a Saúl, para apacentar las ovejas de su padre en Belén.

16 Salí­a, pues, aquel filisteo por la mañana y por la tarde, y así­ lo hizo durante cuarenta dí­as.

17 Y dijo Isaí­ a David, su hijo: "Toma ahora para tus hermanos un efa de este grano tostado y estos diez panes; llévalo pronto al campamento a tus hermanos.

18 Estos diez quesos de leche los llevarás al jefe de los mil; fí­jate si tus hermanos están bien y trae algo de ellos como prenda".

19 Mientras tanto, Saúl, ellos, y todos los de Israel, estaban en el valle de Ela, peleando contra los filisteos.

20 Se levantó, pues, David de mañana, y dejando las ovejas al cuidado de un guarda, se fue con su carga como Isaí­ le habí­a mandado. Llegó al campamento cuando el ejército salí­a en orden de batalla y daba el grito de combate.

21 Se pusieron en orden de batalla Israel y los filisteos, ejército frente a ejército.

22 Entonces David dejó su carga en manos del que guardaba el bagaje, y corrió al ejército; cuando llegó preguntó por sus hermanos, si estaban bien.

23 Mientras hablaba con ellos, aquel paladí­n que se poní­a en medio de los dos campamentos, llamado Goliat, el filisteo de Gat, salió de entre las filas de los filisteos diciendo las mismas palabras, y lo oyó David.

24 Todos los hombres de Israel que veí­an a aquel hombre huí­an de su presencia y sentí­an gran temor.

25 Y cada uno de los de Israel decí­a: "¿No habéis visto a aquel hombre que ha salido? Él se adelanta para provocar a Israel. Al que lo venza, el rey le proporcionará grandes riquezas, le dará a su hija y eximirá de tributos a la casa de su padre en Israel".

26 Entonces habló David a los que estaban junto a él, diciendo: --¿Qué harán al hombre que venza a este filisteo y quite el oprobio de Israel? Porque ¿quién es este filisteo incircunciso para que provoque a los escuadrones del Dios viviente?

27 El pueblo le repitió las mismas palabras, diciendo: "Así­ se hará al hombre que lo venza".

28 Al oí­rlo hablar así­ con aquellos hombres, Eliab, su hermano mayor, se encendió en ira contra David y le dijo: --¿Para qué has descendido acá? ¿A quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la malicia de tu corazón; has venido para ver la batalla.

29 --¿Qué he hecho yo ahora? ¿No es esto mero hablar? --dijo David.

30 Y, apartándose de él, se dirigió a otros y les preguntó de igual manera; y el pueblo le dio la misma respuesta de antes.

31 Fueron oí­das las palabras que habí­a dicho David, y se lo contaron a Saúl, que lo hizo venir.

32 Dijo David a Saúl: --Que nadie se desanime a causa de ese; tu siervo irá y peleará contra este filisteo.

33 Dijo Saúl a David: --Tú no podrás ir contra aquel filisteo, y pelear con él, porque eres un muchacho, mientras que él es un hombre de guerra desde su juventud.

34 David respondió a Saúl: --Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre. Cuando vení­a un león o un oso, y se llevaba algún cordero de la manada,

35 salí­a yo tras él, lo herí­a y se lo arrancaba de la boca; y si se revolví­a contra mí­, le echaba mano a la quijada, lo herí­a y lo mataba.

36 Ya fuera león o fuera oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente.

37 Jehová --añadió David--, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de manos de este filisteo. Dijo Saúl a David: --Ve, y que Jehová sea contigo.

38 Saúl vistió a David con sus ropas, puso sobre su cabeza un casco de bronce y lo cubrió con una coraza.

39 Ciñó David la espada sobre sus vestidos y probó a andar, porque nunca habí­a hecho la prueba. Y dijo David a Saúl: --No puedo andar con esto, pues nunca lo practiqué. Entonces David se quitó aquellas cosas.

40 Luego tomó en la mano su cayado y escogió cinco piedras lisas del arroyo, las puso en el saco pastoril, en el zurrón que traí­a, y con su honda en la mano se acercó al filisteo.

41 El filisteo fue avanzando y acercándose a David, precedido de su escudero.

42 Cuando el filisteo miró y vio a David, no lo tomó en serio, porque era apenas un muchacho, rubio y de hermoso parecer.

43 El filisteo dijo a David: --¿Soy yo un perro, para que vengas contra mí­ con palos? Y maldijo a David invocando a sus dioses.

44 Dijo luego el filisteo a David: --Ven hacia mí­ y daré tu carne a las aves del cielo y a las bestias del campo.

45 Entonces dijo David al filisteo: --Tú vienes contra mí­ con espada, lanza y jabalina; pero yo voy contra ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado.

46 Jehová te entregará hoy en mis manos, yo te venceré y te cortaré la cabeza. Y hoy mismo entregaré tu cuerpo y los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra, y sabrá toda la tierra que hay Dios en Israel.

47 Y toda esta congregación sabrá que Jehová no salva con espada ni con lanza, porque de Jehová es la batalla y él os entregará en nuestras manos.

48 Aconteció que cuando el filisteo se levantó y echó a andar para ir al encuentro de David, David se dio prisa y corrió a la lí­nea de batalla contra el filisteo.

49 Metió David su mano en la bolsa, tomó de allí­ una piedra, la tiró con la honda e hirió al filisteo en la frente. La piedra se le clavó en la frente y cayó a tierra sobre su rostro.

50 Así­ venció David al filisteo con honda y piedra. Hirió al filisteo y lo mató, sin tener David una espada en sus manos.

51 Entonces corrió David y se puso sobre el filisteo; tomó su espada, la sacó de la vaina, lo acabó de matar, y le cortó con ella la cabeza. Cuando los filisteos vieron muerto a su paladí­n, huyeron.

52 Se levantaron luego los de Israel y los de Judá, dieron gritos de guerra y siguieron tras los filisteos hasta el valle y hasta las puertas de Ecrón. Muchos filisteos cayeron heridos por el camino de Saaraim hasta Gat y Ecrón.

53 Regresaron los hijos de Israel de perseguir a los filisteos, y saquearon su campamento.

54 Entonces David tomó la cabeza del filisteo y la trajo a Jerusalén, pero sus armas las puso en su tienda.

55 Cuando Saúl vio a David que salí­a a encontrarse con el filisteo, dijo a Abner, general del ejército: --Abner, ¿de quién es hijo ese joven? Abner respondió:

56 --¡Vive tu alma!, oh rey, que no lo sé. Y el rey dijo: --Pregunta de quién es hijo ese joven.

57 Cuando David volvió de matar al filisteo, Abner lo tomó y lo llevó ante Saúl. David llevaba en su mano la cabeza del filisteo.

58 Saúl le preguntó: --Muchacho, ¿de quién eres hijo? David respondió: --Soy hijo de tu siervo Isaí­ de Belén.

I Samuel
(1 S. 17:1-58)

Su abreviatura es 1 S. (Antiguo Testamento), pertenece al tipo de libros Libros históricos. Hace referencia a acontecimientos importantes.

Capítulo 17 del libro I Samuel (1 S.) - Biblia versión Reina Valera 1995 (RVR95)

Versículo del día

No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea común a los hombres; y fiel es Dios, que no permitirá que vosotros seáis tentados más allá de lo que podéis soportar, sino que con la tentación proveerá también la ví­a de escape, a fin de que podáis resistirla.

I Corintios 10:13 (LBLA)